La situación económica en los países en desarrollo, PVD, ha estado empeorando en los últimos años. Por un lado, se ha dado una tendencia a la baja, aunque ligera según algunos analistas, en la producción de los alimentos; al mismo tiempo, se ha manifestado en épocas recientes un aumento de los precios de estos productos especialmente, por lo que las importaciones de estos productos han causado un déficit en las balanzas comerciales de algunos de estos países que son importadores netos; y si bien algunos países son buenos productores de estos así llamados commodities, estos países no pueden beneficiarse de estos precios más altos porque necesitan los bienes primarios en su propia economía.
México no ha escapado a esta tendencia: de tener un superávit en 1993 por 63 millones de dólares de productos agropecuarios (pequeño si se quiere, pero al fin superávit), en el año de 2008 tuvimos un déficit récord de casi 4,000 millones de dólares, y cerramos 2011 con un déficit de 2,580 millones de dólares.
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